La importancia de pasar de una sala de ensayo a la escena
Con el auge de las creaciones de salas y teatros independientes que han surgido en los últimos años, las producciones de espectáculos se han visto notoriamente acrecentadas y son cada vez más las bandas musicales y compañías teatrales que toman coraje para subir al escenario. Parece que el arte en su búsqueda de un lugar alternativo en donde poder desarrollarse frente a los problemas económicos que planteaban las instituciones estatales, ha encontrado una forma de llevarse a cabo diferente y más productiva.
Claro que esto tiene sus buenas consecuencias como el hecho de que la producción de más espectáculos requiere de más grupos se reúnan a ensayar y estudiar sus propias alternativas a los géneros vigentes. Sin embargo, resulta curioso lo que sucede a nivel espacial al momento de trasladarse a la escena, dado que muchos jóvenes no llegan a hallarse frente a un escenario. ¿Por qué? Varias veces esto tiene que ver con el lugar donde se ensaya debido a que las condiciones de algunos sitios no son iguales que los que ofrece un escenario. Los garajes o habitaciones de un hogar, por más cómodo y económico que nos resulten, no ofrecen las mismas comodidades que una sala de ensayo profesional.
Las salas de ensayo suelen ser una ventaja al momento de decidir dónde practicar, no solamente por el equipamiento que cuenta, sino por el tamaño del lugar. Puede que una casa nos ofrezca las mismas condiciones, pero lo que entra en juego en ese término es la falta de privacidad que ofrece, sobre todo si se ensaya en lugares comunes donde transitan los habitantes del hogar y donde muchas veces los ensayos se ven interrumpidos por quejas o por alguien que quiere pasar por allí.
Si pensemos espacialmente las ventajas de pasar de una sala de ensayo a la escena, debemos considerar que todos los escenarios tienen un diseño ya sea circular, rectangular o similar. Si buscamos coincidir con una sala que tenga este mismo diseño, el momento de trasladar la función solo será una cuestión de escala. Existen salas de ensayo que son mucho más grandes que otras y esto nos permite probar movimientos que en un espacio reducido no funcionarían y que en el escenario podrían hacerse. Aquí las variables se amplían y nos dan la posibilidad de poder ensayar en conjunto, debido a que muchas veces el espacio condiciona a realizar ensayos en bloques separados.
Como puedes ver, no son tantos los factores que afectan el hecho de pasar de la sala de ensayo al escenario, es la práctica y el perder el miedo escénico lo que hará en gran medida que esta situación se supere y se disfrute de mostrar nuestra música al público.